Allí está sentado en un trono el mismo Cristo, que vendrá a juzgar a todos los hombres en el fin de los días, como dice el libro del Apocalipsis, en el que parece que el maestro Mateo o quien lo dirigió se ha inspirado.
Pero este Pantocrátor, que muestra sus llagas en manos y pies, no está solo. Le rodean los cuatro evangelistas, que aparecen representados en el momento de escribir sus propias obras, apoyados cada uno en su símbolo: pueden verse a Lucas con el toro, a Marcos con el león y a Juan con el águila; sólo Mateo no aparece con su signo habitual: no sería apropiado que se apoye sobre un ángel para escribir el Evangelio, usándolo a modo de mesa, así que emplea un cofre, que alude a su antiguo oficio de cobrador de impuestos.
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